¿Cómo afecta la ley de bienestar animal a los cazadores?

El pasado mes de agosto, el Consejo de Ministros aprobó en segunda vuelta la Ley de Protección Animal, una medida impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Tras esto, ya estaría lista para ser tramitada en el Congreso.
Como bien dicta esta ley, los mayores afectados son los perros de caza y todos los animales auxiliares a ella, como pueden ser los hurones. Dichos animales quieren ser tratados como mascotas, siendo diferentes a ellas. El sector cinegético ve peligrar su continuidad con todas las dificultades que se proponen con esta nueva normativa, frente a grupos animalistas que luchan para que todos los animales sean tratados por igual.
¿Qué opinan los expertos de la nueva ley de bienestar animal?
Para hacer fuerza en oposición y para evitar el avance de la enmienda, este mismo martes se reunieron bajo la Fundación Artemisán; científicos, profesionales del sector veterinario, ingenieros de montes e ingenieros agrónomos. De este encuentro se sacaron diversas conclusiones, como la del presidente de la fundación José Luis López – Schümmer que califica el régimen sancionador de “desproporcionado”. Por su parte, Christian Gortázar (especialista en sanidad animal) afirma que hay falta de fundamento científico en la ley y cree que va a tener efectos muy negativos para la biodiversidad. Pero la idea que culmina el encuentro es que, “más que una ley de protección de los derechos de los animales es una ley animalista”.
Así que, habiendo repasado algunas de las opiniones de los expertos y considerado que la ley sigue su camino de aprobación, ¿Qué supone realmente para los cazadores?
¿Qué supone realmente para los cazadores la Ley de Bienestar Animal?
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Todos los animales auxiliares de caza quedan sujetos a las obligaciones que impone esta ley
Los animales que quedan excluidos de esta ley según el artículo 1.3 son únicamente los destinados a espectáculos taurinos, animales de producción, animales utilizados para la ciencia y animales silvestres. Por tanto, afecta directamente a perros cazadores, hurones y aves de cetrería.
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Sería considerado maltrato acciones cinegéticas propias de la actividad
Se prohibiría en este caso de manera directa el uso de perros de rehala en cacerías como la del jabalí. En ella, los perros realizan labores de agarre y de búsqueda de rastros en las que, en ocasiones, resultan heridos por las presas. También pueden resultar heridos en sus almohadillas al iniciar la temporada, debido al terreno agreste. Algo que es normal y tratado por sus respectivos dueños.
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Imposibilidad de realizar sueltas de especies cinegéticas
Esto no permitiría la suelta de especies incluidas en el listado positivo de animales, el ejemplo más común es la perdiz o la codorniz. Estas aves son soltadas para aumentar y controlar poblaciones en algunas zonas.
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La cría de cualquier especie animal de compañía por criadores no inscritos en el Registro de Criadores de Animales de Compañía.
De manera tradicional, los cazadores crían sus propios perros para reposición dentro de una rehala. Si se pone limitaciones o se obliga a adquirir los perros de criaderos inscritos, no se garantiza la genética del perro. Cada cazador tiene a sus perros seleccionados y con una sangre hecha para sus labores, si no se deja elegir y criar a los perros de manera privada, se perdería toda la personalidad de cada perro y no se garantizaría el fin de la actividad.
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Animales en las filmaciones y las artes escénicas
Esto afecta de manera directa a la filmación de escenas de cacerías con perros o lances y programas de la actividad en general. Perjudicando a empresas creadoras de contenido audiovisual como Young Wild Hunters.
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Prohibición de captura o sacrificio de gatos asilvestrados
Siendo las colonias de gatos asilvestrados uno de los problemas más graves para la biodiversidad, acabando con especies como la paloma torcaz o el conejo común. Esta Ley los convierte en una especie protegida.
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Quedan prohibidos los collares educativos
No deja de ser una herramienta más, que usada de manera correcta, sirve para adiestrar a un perro. Si su uso no es el adecuado, los cazadores son los primeros en llamar la atención o enseñar a utilizarlos a personas que realizan un uso abusivo.
¿Qué modificaciones ha habido respecto al primer borrador?
Respecto al borrador anterior, los titulares de perros y hurones no tienen que hacer curso de formación ni están sometidos a edad mínima o máxima para cazar. Fuera del ámbito cinegético, especies como un podenco canario o un teckel deben llevar bozal si se les saca a pasear, por ser considerados animales de “manejo especial”