La sarna sarcóptica sigue castigando a la cabra montés
La sarna sarcóptica, una enfermedad parasitaria causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, ha tenido un impacto significativo en las poblaciones de cabra montés en diversas regiones. Este ácaro microscópico se introduce en la piel del animal, provocando intensas picazones, pérdida de pelaje y graves infecciones secundarias. Desde su aparición en determinadas zonas, como la provincia de Teruel en 2017, la enfermedad ha causado una notable reducción en las poblaciones afectadas, llegando a disminuir el número de cabras monteses en un 90% en algunos lugares como la comarca del Matarraña o Maestrazgo. Aunque la sarna sarcóptica no se erradica completamente y permanece endémica, las áreas afectadas experimentan brotes esporádicos que, con el tiempo, son menos virulentos pero no dejan de ser un problema al que las administraciones no ponen solución.
La importancia de una correcta gestión de las poblaciones
Al tratarse de una enfermedad denso dependiente, que se transmite con mayor velocidad cuando hay mayor densidad de animales al multiplicarse la tasa por contactos, la correcta gestión de las poblaciones, unida a muchas otras medidas, es vital para proteger una especie que estuvo al borde de la extinción y que se recuperó gracias a su catalogación como especie cinegética.
Más allá de su propio valor medioambiental y su papel como ingeniera de ecosistemas, la cabra montés es un recurso fundamental en muchos municipios de España, especialmente en zonas rurales con pocos medios para subsistir, donde su caza genera empleo y riqueza para hostelería y servicios, así como numerosos puestos de trabajo, y también supone una fuente importante de ingresos para las arcas municipales que se traducen en mejoras para estos pueblos.
Nuevos casos se expanden por Castellón
Desde noviembre, los casos en el Alto Mijares se están disparando. El primer caso fue abatido en julio en el término de Argelita, pero son más de cuarenta los ejemplares infectados que han sido cazados desde entonces.
La Conselleria, con la intención de encontrar soluciones que ayuden a controlar la enfermedad y su, hoy por hoy, imparable expansión, ha firmado un convenio con la Facultad de Veterinaria del CEU Cardenal Herrera --al que han destinado 25.000 euros--, para que aborden una investigación que permita dar con un tratamiento efectivo para la fauna silvestre.
Según informa el Periódico Mediterráneo, el principal inconveniente de este estudio es el mismo con el que se encuentran los cazadores: la insuficiencia de medios. Hace falta personal para atrapar a los animales y poder realizar las pruebas necesarias, explican fuentes consultadas. Los cazadores apuntan en la misma dirección, «la Generalitat nos está ayudando, pero hace falta más gente, más celadores con autorización para disparar y poder abatir más cabras enfermas», indica Andreu. Porque la única opción, hasta que haya un medicamento alternativo, es disminuir la densidad animal, que es la que propicia el contagio y su veloz transmisión.