Aprende de micología

Tras estas lluvias de otoño que tanto se han hecho de rogar, el campo está preparado para acoger hongos y líquenes en los suelos de pinares, robledales y grandes encinares. La Península Ibérica es un lugar magnífico para encontrar gran variedad de setas, ya que cuenta con todo tipo de climas y ecosistemas. Pero hay que tener cuidado con ellas, ya que muchas no son comestibles e incluso pueden ser venenosas.
¿Qué necesitas para ir a buscar setas?
En primer lugar, al tratarse de un recurso limitado, debemos conseguir un permiso. Tiene un rango de precio que varía según la zona a la que se vaya y puede ser un pase de un día o de toda la temporada.
El material imprescindible que necesitas para esta actividad es una navaja y una cesta de mimbre. La navaja la utilizarás para cortar el tronco de la seta, nunca arrancarlo, para que de esta manera vuelva a crecer. La cesta permite que las semillas de las setas recogidas (denominadas esporas) se esparzan por el camino y se incremente su distribución en el monte. Si se depositan en cubos o bolsas de plástico se impediría la transpiración de los hongos.
Además de esto, necesitarás ropa cómoda y adecuada para pasar una jornada en el monte, con todas las complicaciones que pueden darse. Es recomendable llevar botas de montaña y una brújula para no desorientarse en el bosque, situación muy común en principiantes o personas que no conocen el terreno.
Tras saber un poco por encima los ítems para ser un buen mitólogo, pasamos a mostrarte...
10 tipos de setas que puedes encontrar en España
Robellones o níscalos
Posiblemente sea el tipo más común de seta en nuestro país y el más buscado por los aficionados. Esta seta es fácil de reconocer debido a su color anaranjado, el sombrero está marcado por círculos concéntricos de un color más oscuro. Una característica fundamental para reconocerlos es la savia roja que sacan en el tronco al cortarlos.
Es un hongo que necesita mucha humedad para crecer y lo solemos encontrar entre la pinaza, alrededor de pinos o coníferas. Al cogerlos, has de estar muy atento, ya que seguramente haya varios a su alrededor.

Champiñón silvestre
Es un hongo muy parecido al champiñón de cultivo y tiene incluso un sabor más delicioso. Tiene una forma globosa que va evolucionando acorde con su crecimiento a una forma más plana. Su tronco es cilíndrico y en su etapa más joven tiene un anillo que poco a poco va desapareciendo. Su característica principal es su color blanquecino.
Es una especie que rara vez encontraremos en zonas boscosas, ya que prefiere llanos de hierba o pastizales con ganado (sus heces les sirven de abono). Podremos encontrarlo en solitario o de manera grupal muy abundante y a diferencia de la mayoría de setas, suele ser más visible en primavera que en otoño.
Rebozuelo o seta de San Juan
Es una de las setas más consumidas del mundo, por su suave gusto y fino aroma. Tiene una forma de trompeta de color anaranjado o amarilo. Su sombrero, tiene los bordes levantados y lo bueno que tienen los rebozuelos es que suelen surgir en colonias, es decir, que si encontramos uno, con mucha probabilidad haya bastantes más por la zona.
Lo podemos localizar cerca de especies arbóreas como los robles, encinas o castaños. Si encuentras una zona que haya, es fácil que al año siguiente vuelvan a crecer.
Baboso o mucosa
Tiene una característica principal que la hace inconfundible, la mucosa que la recubre y protege de los insectos. Su color es gris-pardo con el centro más oscuro y su copa se aplana con su madurez. El pie es de color blanco y grande, atenuado hacia la base.
Su hábitat son pinares calcáreos de ambiente mediterráneo, por esto es tan frecuente en Cataluña. Es muy abundante donde crece y lo hace desde mediados de otoño a principios de invierno. Es una seta muy apta para todo tipo de guisos.
Gamuza o lengua de vaca
Es una seta muy frágil que se encuentra semienterrada entre las hojas. Tiene un color blanquecino y las caracteriza su parte baja del sombrero, que tiene unos aguijones largos y prietos que descienden como estalactitas. Es un hongo muy resistente a bajas temperaturas, por lo que podemos encontrarla en invierno fácilmente.
La podemos localizar en pinares, robledales o hayedos usualmente. Su crecimiento es lento por lo que se le puede encontrar en un periodo amplio de tiempo.
Boletus
Es la seta más apreciada en el mundo de la gastronomía. Su sombrero es marrón pardo y tiene forma de “típica” seta de cuento. Su tronco es gordo en su parte del medio y su carne es muy similar a la textura de la calabaza, es por ello que hay en zonas que se le llama seta de calabaza. Cuando es joven, no es sorprendente encontrarse con una capa viscosa en su copa.
Lo podemos encontrar en gran cantidad de suelos, pero siempre prefiere los suelos ácidos y cercanos a algún arbusto o árbol.
Negrillas
Es una seta muy fácil de reconocer debido a su color grisáceo y su textura aterciopelada. Además es una seta que tiene el tronco de color blanco y es de un tamaño muy pequeño. Nace en grandes grupos, por lo que si encuentras una, estate atento porque seguramente haya corros a su alrededor. Tiene una característica muy resaltada, su gran aguante a las heladas y las bajas temperaturas. Es muy frágil y fina para ser cocinada.
Seta de cardo
Como su propio nombre indica, es una seta que nace en las raíces de donde crecen los cardos. Es por ello que está distribuida por todo el territorio ibérico. Tiene un sombrero amarronado y un pie blanquecino, es además un hongo cultivable. Es típico encontrarla en zonas de secano y en grandes prados castellanos. Como curiosidad, tiene muchas propiedades medicinales en inmunología y salud digestiva.
Colmenillas
Esta especie de hongo curiosamente nace en primavera y no en los bosques. Además las podremos encontrar todos los años en el mismo lugar, si se dan las condiciones propicias para su crecimiento. Son unas setas muy buscadas debido a su valor culinario y características visuales. Tienen un caprichoso sombrero cónico en forma de celdas grisáceas y un tronco casi redondo. Pero ¡cuidado!, son una variedad tóxica si no se cocinan.
Trompeta de la muerte
Son setas propias de zonas boscosas húmedas y a pesar de que su nombre pueda asustar, tienen un gran sabor y son toda una delicatesen. Las trompetas de la muerte son de un color gris ceniza, su forma es como de una campanilla hueca por dentro. Es una seta muy propicia a consumirse todo el año, debido a que da un gran sabor a tus platos cuando es secada. Son muy fáciles de identificar ya que no hay ningún hongo que se le asemeje.
Autor: María Balletbó