Los daños que provoca el jabalí y la importancia de su gestión
El jabalí de la Península Ibérica es de pequeño tamaño en comparación con los ejemplares que se encuentran en el norte de Europa, pero aún así, no dejan de ser animales muy corpulentos. Su pelaje varía según la región en la que se encuentre, siendo predominante el pardo oscuro y cuentan con unos grandes colmillos que varían según el ejemplar. En este blog contamos cómo medir un trofeo de este mamífero.
La densidad de este animal en España es de más de un millón de ejemplares según datos del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos. Esto se debe a la mala gestión de la población por parte del ser humano y por no tener depredadores naturales. Únicamente los lobos se atreven con las crías y con los enfermos cuando están desahuciados y solos. Esta cifra de ejemplares está en constante aumento, siendo considerados como una auténtica plaga a la que hay que controlar.
Los cultivos en el punto de mira
El jabalí es un animal omnívoro que basa su alimentación en hongos, raíces y sobre todo productos agrícolas como el maíz o el trigo. Esto hace que necesiten acceder a campos para alimentarse y con ello, arrasar con todo lo que pillan a su paso. Hociquean, escarban y se revuelcan sobre la producción, destrozando campos de manera irreversible. Muchos son los agricultores que piden desesperadamente a la Administración medidas para que este animal no deambule a su antojo sin repercusiones ni control.
Unas de las autonomías más afectadas son Galicia y Cataluña. En ellas se han visto grandes piaras de jabalíes arrasando con campos de cereal, a pesar de los interminables esfuerzos insuficientes de los cazadores para reducir el número de ejemplares.
Se han puesto sobre la mesa muchas propuestas de soluciones como la castración química de ejemplares, hecho que provocaría un gran daño a la biodiversidad. También se contemplaba la instauración de ayudas para cercar fincas, medida que es una utopía. La verdadera solución que piden a gritos los agricultores es tecnificar y aumentar la caza ante la proliferación alarmante de algunas especies cinegéticas.
Accidentes de tráfico en aumento
Los jabalíes son los animales que más accidentes provocan, con un 36% de la siniestralidad, seguido del corzo (26%) y el perro (20%) según datos de la DGT. Esto es un grave problema para la seguridad vial, ya que abandonan su hábitat natural para acercarse a núcleos urbanos en busca de comida. También provocan situaciones peligrosas en zonas rurales, donde la población igualmente se ha multiplicado. Esto nos deja con unos datos abrumadores de 80 heridos y cuantiosos daños materiales en los dos últimos años.
Miedo en la ganadería por transmisión de enfermedades
Un animal que no es depredador no tendría que asustar a un ganadero, pero muchos afirman que les preocupa más que el lobo. Comunidades Autónomas como Andalucía, se han declarado en emergencia cinegética. Esto se debe a que la súper población de este mamífero puede causar la expansión de la peste porcina, que afecta al cerdo doméstico. También es transmisor de enfermedades como la tuberculosis, brucelosis o triquinosis (transmisible en humanos por consumo de carne afectada), estas epidemias afectan a todo tipo de ganado como el bovino, caprino u ovino.
Consecuencias en el entorno urbano
Esto supone grandes riesgos sanitarios y epidemiológicos así como daños en el entorno y los mencionados anteriormente accidentes de tráfico. Son muchas las ciudades como Madrid o Barcelona que han contado con numerosos sustos en relación con este ungulado. No solo por molestias y alarma entre los vecinos, sino que también daños en mobiliario urbano y en parques o jardines. Es frecuente encontrarlos buscando comida en contenedores de basura, hecho que puede producir su propia intoxicación.
¿Cuál es la posible solución para este problema de sobrepoblación?
Un estudio realizado por el Servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje de la Universidad Autónoma de Barcelona constata que no se trata tanto de cazar más sino de cazar “mejor”. Por mejor queremos decir de manera más selectiva sobre determinadas clases de edad que tienen una mayor relevancia en la dinámica poblacional del jabalí.
Nos referimos a los individuos menores de dos años, especialmente a las hembras. Esto es debido a que los ejemplares adultos de ambos sexos requieren más alimento y territorio que los jóvenes. Así pues, la eliminación de una hembra adulta hará que las hembras subordinadas más jóvenes de la zona empiecen a reproducirse a edades más tempranas, resultando un número mayor de rayones nacidos.
Autor: María Balletbó